01818/2018
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Son tradiciones ancestrales de los pueblos otomí, nahua, mazahua, tlahuica y
matlazinca, esencia del Festival de las Almas.
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Tiene esta fiesta cultural el objetivo de preservar los ritos y las costumbres
de las etnias mexiquenses.
Valle
de Bravo, Estado de México, 1 de noviembre de 2018. El
Jardín Central de Valle de Bravo fue el lugar donde se dieron cita los jefes
supremos y representantes de las cinco etnias indígenas del Estado de México:
otomí, nahua, mazahua, tlahuica y matlazinca, para inaugurar cada una de las
ofrendas en honor a los fieles difuntos.
La
ceremonia comenzó con un ritual y saludo a los cuatro puntos cardinales, para
después realizar una purificación de las y los presentes.
Posteriormente,
este evento que forma parte del patrimonio cultural mexiquense, autoridades de
la Secretaría de Cultura y del Consejo Estatal para el Desarrollo Integral de
los Pueblos Indígenas del Estado de México (CEDIPIEM), realizaron un recorrido
por cada una de las ofrendas.
Todas
mostraron elementos de comunión entre las tradiciones culturales hispana e
indígena, mismas que coinciden con el fin del ciclo agrícola, presentándose con
ello la época de la abundancia y un espacio en el que conviven vivos y muertos.
Cada
uno de los representantes de las etnias indígenas explicó sus altares, entre
los que destacan y coinciden el sahumerio para purificar las almas, las velas
que alumbran el camino de los seres amados que han fallecido y que vuelven a
visitarnos, así como las flores representando los rayos del sol.